viernes, 10 de enero de 2014

Decidido

Me pasa que te quiero ver,
mas te imagino y me aguanto las palabras
por el temor de perderte
sin llegar a tenerte,
y el miedo se apodera de mis venas,
y lo pienso tantas veces,
arriesgándolo todo en este ciclo vicioso
de querer estar contigo.

Edgardo Miguel Vázquez © 2010

sábado, 4 de enero de 2014

Uno en un descuido


Novato,
primerizo,
se confía demasiado.

Descuidado,
rutinario,
va y comete el mismo error.

Entregado absurdamente a su mirada
y no le teme a nada,
ni a aquel caro ratero de emociones,
de miradas,
que contempla fuertemente,
pacientemente,
colmarse de aquella mujer ajena,
sin temor,
sin indicios de conciencia.

Mientras ella,
quien emana tentación,
logra la caída de quien era de esperarse
y se ganan su terruño en el infierno,
despiadados,
victimarios,
se hacen uno en el peor de los descuidos.


Edgardo Miguel Vázquez © 2010

Respiro


Lo abandono todo
por un poco de respiro,
por un poco de ese viento
que me da la vida,
la vida que se escapa lentamente.

Lo he querido todo,
lo he tenido todo
y en mi soledad,
en el abandono,
en mi amarga ironía,
guiado por el mar,
olvido las horas
sin ser sombra de tu sombra
ni la sombra de tu perro.

Te sigo llorando,
aunque no te lloraría más,
te sigo amando,
sabes que te sigo amando,
y sigo creando palabras absurdas,
que nunca comprendiste,
y el resentimiento,
que me sigue asfixiando,
me quita las horas
que eran para ti.

               *A la memoria de Jacques Brel


Edgardo Miguel Vázquez © 2007



Con tu beso del pasado


Ahora, que miras más allá de la mirada
que te pierdes en un beso del pasado
que buscas la manera de llegar a él
supiste su verdad y su franqueza.

Ahora, que te veo y no te logro descifrar
que busco en cada instante poder hablarte
con tal de solo verte, con tal de que estés bien
amiga, tengo miedo de perderte para siempre
amiga, apuesto todo lo que aun no he de tener.

Ahora, que espero a que agotes cada lágrima
que arriesgo tu presencia aquí en mi vida
te digo la verdad, aunque me cueste
y llego a confesarte un tanto tarde
que no dejo de pensarte ni un segundo.


Edgardo Miguel Vázquez © 2007

ψ


Tú,
que sopesas mi deseo de pecar
y de acudir a aquel instinto,
sigues queriendo y deseando
aquello que jamás te daré.

Tú,
que pudiste arroparme de ti
y yo que te quise tanto,
quedará sólo cuestionarnos,
cómo voló el tiempo. 

Ahora, mi amiga del alma,
puedes seguir aquel camino que trazaste
sin arrepentimientos, ni lagrimas de esas 
que jamás quise conocer de ti. 


© Edgardo Miguel Vázquez

Extracorpóreo


Aquella noche,
desde mi cama,
estando solo,
como siempre,
la abrazaba en aquel otro lugar.

Me miraba,
me tocaba,
me decía,
que todo sería como antes,
librándome de angustias,
volviéndome la vida,
restándole valor a todo el tiempo
que llegué a estar sin ella.


© Edgardo Miguel Vázquez

viernes, 3 de enero de 2014

Diez Segundos


Aquel momento en que la vi,
que fue la última vez,
el tiempo se detuvo en un instante,
y teniéndola a pocos pasos de mí,
volví a temerle al momento,
volví a temerle a lo que tanto había esperado
…y acelere el paso
y nunca más la vi.


Edgardo Miguel Vázquez © 2007


Silencio


Nadie, 
ni yo,
ni el más despreciable,
merece la carencia de respeto,
ni el amargo castigo prolongado
de tu silencio.


Edgardo Miguel Vázquez © 2011

Quiero


Quiero 
que al final seas tú la que quieras
que tu sabia estremezca mi vida
y que estando presente, a diario,
me aportes de tu perfección.

Quiero 
que mi presencia sea el espacio
que acapare tus pretéritos,
que impulsados por la distancia
me han llenado de tormentos.

Quiero
que cada uno de tus días
se colmen de la paciencia 
que a veces siento carecer
aguardando por nuestro encuentro.

Pues sólo te pido
que al final del camino 
confíes cuando te digo
que cada uno de mis pasos,
mis intentos,
de las horas incansables,
y mis luchas con el mundo
sólo procuran acortar 
el tiempo
y la distancia.


Edgardo Miguel Vázquez © 2012

Más Allá del Mar


Te quiero por la manera en que ni piensas ser
por ese calor que nunca he sentido
por la mirada que me darás alguna vez.

Te quiero por los años que he de pasar buscándote
por los intentos y fracasos previos a ti
por el deseo de que algún día toque tu puerta.

Te quiero por mis malas costumbres
por  las noches en que ambos nos llegamos a desear
por  haber ignorado mi vida disoluta.

Te quiero porque sé que existes
en algún lugar recóndito, más allá del mar, sé que me toparé contigo
y en algún por qué, en algún segundo determinante,
sé que te amaré.



 Edgardo Miguel Vázquez © 2007