martes, 18 de marzo de 2014

Treinta


Su vida confusa,
su belleza distinta a las demás,
me hacen ver, con otros ojos,
lo que parece imposible de ella
lo que esconde el secreto de la duda
en su ligereza al hablar conmigo
y en su temor a decirme la verdad
va cayendo en mi tentación
abismada en aquel lugar
donde el tiempo no importa
y las diferencias no tienen valor.

Edgardo Miguel Vázquez © 2007