Quiero
que al final seas tú la que quieras
que tu sabia estremezca mi vida
y que estando presente, a diario,
me aportes de tu perfección.
Quiero
que mi presencia sea el espacio
que acapare tus pretéritos,
que impulsados por la distancia
me han llenado de tormentos.
Quiero
que cada uno de tus días
se colmen de la paciencia
que a veces siento carecer
aguardando por nuestro encuentro.
Pues sólo te pido
que al final del camino
confíes cuando te digo
que cada uno de mis pasos,
mis intentos,
de las horas incansables,
y mis luchas con el mundo
sólo procuran acortar
el tiempo
y la distancia.
Edgardo Miguel Vázquez © 2012